Bertrand Sourdais, perteneciente a una familia de 5ª generación de viticultores en su Chinon natal, Francia, supo mirar y ver en las tierras de Soria para saber que sus pagos podrían dar grandes vinos en la DO Ribera de Duero. Consciente de su creatividad casi artesanal, el Vigneron de las Tierras de Soria desarrolla una verdadera cultura del vino para las nuevas generaciones. El inicio de su actividad partió con unos medios sencillos, siguiendo una evolución natural a lo largo de estos años hasta alcanzar finalmente en 2016 la fortaleza que confiere inaugurar una bodega propia, gracias al equipo reunido entorno a Bodegas Antídoto.